luxación acromioclavicular fisioterapia en Clínica Pradillo

Era una mañana cualquiera, con prisa por llegar a una reunión. El patinete eléctrico, mi fiel aliado en la ciudad, parecía la mejor opción para esquivar el tráfico. Todo iba bien hasta que, al pasar por una pequeña grieta en el asfalto, perdí el equilibrio. Intenté reaccionar rápido, pero antes de darme cuenta, estaba en el suelo, con un dolor agudo en el hombro. Al principio, pensé que era solo un golpe, pero al intentar mover el brazo, la realidad se impuso: algo no estaba bien. Al intentar incorporarme, noté una deformidad en la parte superior del hombro, como si la clavícula estuviera fuera de su lugar. Tras una visita a urgencias, el diagnóstico fue claro: luxación acromioclavicular. Esta es la historia de muchos pacientes que sufren una luxación acromioclavicular, una lesión frecuente que afecta la articulación que conecta la clavícula con el omóplato. En este artículo, exploraremos en detalle la luxación acromioclavicular, desde su anatomía y causas hasta los síntomas, el diagnóstico y las opciones de tratamiento.

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La Articulación Acromioclavicular (un punto clave en el hombro)

La articulación acromioclavicular (AAC) es la única unión ósea entre la escápula y el tronco. Se forma entre la clavícula y el acromion, una protuberancia ósea en la escápula (omóplato). Esta articulación, a pesar de su pequeño tamaño, juega un papel crucial en la movilidad y estabilidad del hombro. Permite que el brazo se eleve por encima de la cabeza y facilita la rotación de la escápula, lo que a su vez permite un rango de movimiento más amplio.

Dentro de la articulación, se encuentra un tejido «meniscoide» que contacta con los ligamentos acromioclaviculares. La AAC está reforzada por un conjunto de ligamentos que la mantienen estable:

  • Ligamentos acromioclaviculares: conectan la clavícula con el acromion. El ligamento acromioclavicular superior es más fuerte y contiene fibras que se entrelazan con las aponeurosis del trapecio y deltoides, lo que le confiere mayor estabilidad.
  • Ligamentos coracoclaviculares: unen la clavícula con la apófisis coracoides, otra protuberancia ósea en la escápula. Estos ligamentos son los principales responsables de la suspensión del brazo y evitan que el acromion se desplace hacia abajo.
    Estos ligamentos, junto con la cápsula articular, son esenciales para mantener la integridad de la articulación y evitar que la clavícula se desplace.

La inervación de la articulación acromioclavicular se produce a través de ramas de los nervios axilar, supraescapular y pectoral lateral.

Un aspecto importante de la función de la AAC es la rotación escapuloclavicular sincrónica. Este movimiento coordinado entre la clavícula y la escápula permite una mayor elevación del brazo.

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¿Qué es la Luxación Acromioclavicular?

Una luxación acromioclavicular ocurre cuando los ligamentos que estabilizan la articulación se estiran o se rompen, provocando que la clavícula se separe del acromion. Durante el impacto, la escápula es empujada hacia abajo mientras que la clavícula, al estar unida a la caja torácica, permanece fija. Esta fuerza provoca la ruptura de los ligamentos y la separación de la articulación. Las causas más comunes son:

  • Caídas directas sobre el hombro: son la causa más frecuente, especialmente en deportes de contacto o accidentes.
  • Golpes fuertes en el hombro: pueden ocurrir durante la práctica deportiva o en accidentes automovilísticos.
  • Movimientos bruscos del brazo: en algunos casos, una torsión repentina o una tracción excesiva del brazo pueden provocar la luxación

Tipos de Luxación Acromioclavicular

Las luxaciones acromioclaviculares se clasifican en diferentes grados según la gravedad de la lesión, utilizando la clasificación de Rockwood:

  • Grado I: esguince de los ligamentos acromioclaviculares sin ruptura.
  • Grado II: rotura de los ligamentos acromioclaviculares y estiramiento de los ligamentos coracoclaviculares.
  • Grado III: rotura completa de los ligamentos acromioclaviculares y coracoclaviculares.
  • Grado IV: luxación posterior de la clavícula a través del trapecio.
  • Grado V: luxación superior de la clavícula con desgarro de los músculos deltoides y trapecio.
  • Grado VI: luxación inferior de la clavícula por debajo de la coracoides.

Vamos a ver, mediante algunos ejemplos, algunos casos que te podrían suceder en tu vida diaria:

  • Grado I: un jugador de baloncesto recibe un golpe en el hombro durante un partido, lo que provoca un estiramiento de los ligamentos acromioclaviculares.
  • Grado III: un ciclista cae de su bicicleta y se golpea el hombro contra el suelo, rompiendo completamente los ligamentos acromioclaviculares y coracoclaviculares.
  • Grado V: un motociclista sufre un accidente de tráfico y se impacta contra el pavimento, provocando una luxación grave con desgarro muscular.

Además de las luxaciones mencionadas, existe un tipo raro llamado luxación subcoracoidea de la clavícula, que se produce cuando la clavícula se desplaza por debajo de la apófisis coracoides.

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Otras afecciones de la Articulación Acromioclavicular

Si bien este artículo se centra en la luxación acromioclavicular, es importante mencionar que existen otras causas de dolor en esta articulación. Estas incluyen:

  • Causas traumáticas: como las luxaciones que estamos discutiendo.
  • Causas degenerativas (artrosis): desgaste del cartílago de la articulación, común en personas mayores.
  • Causas inflamatorias (artritis): inflamación de la articulación debido a enfermedades reumáticas o infecciones.

Síntomas de la Luxación Acromioclavicular

Los síntomas de una luxación acromioclavicular varían según la gravedad de la lesión. Los más comunes son:

  • Dolor: intenso y localizado en la parte superior del hombro.
  • Hinchazón: en la zona de la articulación.
  • Deformidad: visible en la parte superior del hombro, con la clavícula desplazada hacia arriba o hacia adelante.
  • Limitación del movimiento: dificultad para levantar el brazo o moverlo hacia el cuerpo.
  • Sensibilidad al tacto: dolor al tocar la articulación.

En casos graves, puede haber inestabilidad en el hombro, sensación de debilidad y dificultad para realizar actividades que requieren fuerza.

¿Cómo diagnosticar una Luxación Acromioclavicular?

Para diagnosticar una luxación acromioclavicular, el médico realizará lo siguiente:

  • Exploración física: el médico examinará el hombro, buscará deformidades y evaluará el rango de movimiento. Una prueba característica es el «signo de la tecla», donde al presionar la clavícula hacia abajo, esta vuelve a su posición original al soltarla.
  • Radiografías: muestran la separación entre la clavícula y el acromion, y ayudan a clasificar la luxación.
  • Resonancia magnética: puede ser necesaria en casos dudosos o para descartar otras lesiones, como daños en los tendones o músculos del hombro.

Tratamientos de de este tipo de luxaciones de la articulación acromioclavicular

El tratamiento de la luxación acromioclavicular depende de la gravedad de la lesión y del nivel de actividad del paciente.

Tratamiento conservador:

Se utiliza en luxaciones leves (grados I y II) y en algunos casos de grado III. Consiste en:

  • Reposo: evitar actividades que agraven la lesión.
  • Inmovilización: usar un cabestrillo para proteger y estabilizar el hombro durante un periodo de 2 semanas.
  • Hielo: aplicar hielo en la zona afectada para reducir la inflamación.
  • Medicamentos: analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor.
  • Fisioterapia: se permiten ejercicios de movilización pasiva desde el principio, así como el uso del brazo por debajo del nivel del hombro, siempre limitados por el dolor. Posteriormente, se incluyen ejercicios para fortalecer los músculos del hombro y recuperar la movilidad.

Tratamiento quirúrgico:

Se considera en luxaciones graves (grados IV, V y VI) y en algunos casos de grado III con inestabilidad persistente o deformidad significativa. Es importante destacar que no existe un estándar de oro para el tratamiento quirúrgico de las luxaciones acromioclaviculares. La elección del procedimiento dependerá de las características individuales del paciente y de la preferencia del cirujano. Las opciones quirúrgicas incluyen:

  • Reparación de los ligamentos: suturar o reconstruir los ligamentos dañados.
  • Reconstrucción del ligamento coracoclavicular: Utilizar un injerto para reemplazar el ligamento.

Un estudio reciente sugiere que la reducción anatómica de la articulación, que a menudo se busca con la cirugía, podría no ser necesaria para una buena función del hombro. Esto respalda la opción de tratamiento conservador en muchos casos.

Si sufres dolor persistente en el hombro, no lo ignores. Consulta a nuestra fisioterapeuta para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado.

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Fases de la rehabilitación

La recuperación de esta lesión requiere un enfoque multidisciplinario en fisioterapia para restaurar la movilidad, fuerza y estabilidad del hombro. A continuación, se describen las fases clave del tratamiento:

1. Fase inicial: control del dolor e inflamación

  • Reposo relativo y uso de cabestrillo si es necesario.
  • Aplicación de hielo para reducir la inflamación.
  • Medicación antiinflamatoria (según indicación médica).
  • Movimientos suaves de los dedos, la muñeca y el codo para evitar rigidez.

2. Fase intermedia: recuperación de la movilidad

  • Ejercicios de movilidad pasiva y activa asistida para evitar la rigidez articular.
  • Trabajo de rango de movimiento progresivo sin forzar el hombro.
  • Terapia manual para mejorar la circulación y disminuir adherencias musculares.

3. Fase avanzada: fortalecimiento y estabilidad

  • Ejercicios de fortalecimiento progresivo del manguito rotador y la musculatura escapular.
  • Trabajo de estabilidad del hombro con bandas elásticas y ejercicios funcionales.
  • Entrenamiento propioceptivo para mejorar el control articular y prevenir recaídas.

4. Retorno a la actividad diaria y deportiva

  • Integración de ejercicios de carga progresiva.
  • Simulación de movimientos funcionales específicos de la actividad del paciente.
  • Evaluación por parte del fisioterapeuta para determinar la recuperación completa.

Importancia de la fisioterapia en la recuperación

Sin una rehabilitación adecuada, la luxación acromioclavicular puede dejar secuelas como dolor crónico, limitación del movimiento o inestabilidad en el hombro. La fisioterapia juega un papel fundamental en la regeneración de los tejidos, la recuperación funcional y la prevención de nuevas lesiones.

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En Clínica Pradillo nos gustaría que recordaras

Una caída desde un patinete puede parecer un accidente menor, pero las consecuencias pueden ser significativas. La rehabilitación adecuada con fisioterapia es clave para recuperar por completo la movilidad y funcionalidad del hombro tras una luxación acromioclavicular. Si has sufrido una lesión de este tipo, no dudes en consultar a nuestra fisioterapeuta para guiar tu proceso de recuperación de la mejor manera posible. Si necesitas un tratamiento personalizado, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a recuperar tu movilidad sin dolor.

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