La anquiloglosia, también conocida como lengua anclada o frenillo lingual corto, es una anomalía congénita oral caracterizada por una restricción en el movimiento de la lengua. Esta limitación se debe a un frenillo lingual anormalmente corto, grueso o tenso, la membrana que conecta la parte inferior de la lengua con el suelo de la boca. Por otro lado, las maloclusiones dentales se definen como desalineaciones de los dientes que afectan la mordida y pueden originarse por diversos factores. Existe una creciente cantidad de evidencia que establece una conexión entre la función lingual, la cual se ve comprometida en casos de anquiloglosia, y el desarrollo adecuado de las estructuras dentales y respiratorias. En este contexto, la Rehabilitación Masticatoria Respiratoria (RMR) emerge como un enfoque dentro de la odontología biológica que se dedica a la evaluación y corrección de problemas vinculados a la masticación y la respiración. El propósito fundamental de este artículo es analizar la intrincada relación que existe entre la anquiloglosia y las maloclusiones dentales, así como su conexión con la RMR.
La anquiloglosia y las maloclusiones dentales
Qué es la anquiloglosia
La anquiloglosia se define precisamente como un trastorno congénito donde una banda de tejido conectivo, denominada frenillo lingual, presenta una longitud, grosor o tensión inusual que restringe la capacidad de movimiento de la lengua al unir su parte inferior a la base de la boca. La prevalencia de esta condición se estima que oscila entre el 0.1% y el 10.7% de la población general, con una mayor incidencia observada en varones en comparación con mujeres, en una proporción que varía entre 2.5:1 y 3:1. Durante el desarrollo embrionario, el frenillo lingual experimenta un proceso de separación que normalmente se completa antes del nacimiento, permitiendo así la libre movilidad de la lengua. La anquiloglosia se manifiesta cuando este proceso de separación no se lleva a cabo de manera adecuada.
Cómo clasificar la anquiloglosia
Para evaluar la severidad de la anquiloglosia, se han propuesto diversas clasificaciones:
- El método descrito por Williams y Waldron se basa en la valoración de tres distancias (A, B y C) para calcular una relación que determina el grado de anquilosis.
- Otra clasificación ampliamente utilizada es la de Kotlow, que se fundamenta en la longitud de la porción libre de la lengua desde la inserción del frenillo hasta la punta, categorizando la anquiloglosia en cuatro clases: leve (12-16 mm), moderada (8-11 mm), severa (3-7 mm) y completa (<3 mm).
- Adicionalmente, la clasificación de Coryllos describe cuatro tipos de frenillo según su punto de inserción, y también se ha propuesto una clasificación en tipos 1 a 4 que considera la apariencia del frenillo y la limitación del movimiento lingual.
Etiología de la anquiloglosia
Aunque la etiología precisa de la anquiloglosia aún no se conoce por completo, se ha observado una asociación con factores genéticos, y en algunas familias se presenta un patrón hereditario. Asimismo, la anquiloglosia puede estar presente en ciertos síndromes craneofaciales.
La variabilidad en la prevalencia de anquiloglosia reportada en la literatura científica, que oscila desde un 0.02% hasta un 4.8%, e incluso porcentajes más elevados en algunos estudios, pone de manifiesto la ausencia de una definición uniforme y de un sistema de clasificación objetivo para esta condición. Esta inconsistencia dificulta la comparación entre diferentes investigaciones y la evaluación precisa de la verdadera prevalencia e impacto de la anquiloglosia. No obstante, se ha establecido que una causa primaria de la anquiloglosia radica en la apoptosis incompleta del frenillo lingual durante las etapas embrionarias del desarrollo. Comprender esta base embriológica resulta fundamental para entender por qué el frenillo permanece corto o grueso en los individuos afectados.
La existencia de múltiples sistemas de clasificación, como los de Williams & Waldron, Kotlow, Coryllos y Hazelbaker, sugiere que la evaluación de la severidad de la anquiloglosia es un proceso complejo que requiere la consideración tanto de aspectos anatómicos como funcionales. Por lo tanto, es esencial que los profesionales de la salud estén familiarizados con estos diversos sistemas para diagnosticar y comunicar con precisión el grado de severidad de la anquiloglosia.
Qué son las maloclusiones dentales
Las maloclusiones dentales se definen como una incorrecta alineación de los dientes o una relación inadecuada entre las piezas dentales de las arcadas superior e inferior al cerrar la boca. Estas se clasifican de diversas maneras, siendo una de las más comunes la clasificación de Angle, que se basa en la relación anteroposterior del primer molar inferior con respecto al primer molar superior. Esta clasificación incluye:
- la Clase I, donde la relación molar es correcta;
- la Clase II, con el molar superior adelantado (que se subdivide en División 1 y División 2);
- y la Clase III, donde el molar inferior está más adelantado.
Otros tipos de maloclusiones incluyen:
- la mordida cruzada, que puede ser posterior o anterior y se caracteriza por que los dientes superiores muerden por dentro de los inferiores;
- el apiñamiento, donde no hay suficiente espacio para todos los dientes;
- la mordida profunda, donde los dientes superiores cubren excesivamente a los inferiores;
- la mordida abierta, que presenta un espacio entre los dientes superiores e inferiores al cerrar la boca, pudiendo ser anterior o posterior;
- la protrusión, donde los dientes frontales superiores y/o el maxilar están adelantados;
- el espaciamiento o diastema, que se caracteriza por la presencia de espacios entre los dientes;
- y la submordida o prognatismo, donde los dientes inferiores muerden por delante de los superiores.
Por qué se desarrollan maloclusiones
El desarrollo de las maloclusiones puede atribuirse a una variedad de factores. Entre ellos se encuentran factores genéticos y hereditarios, malos hábitos orales como la succión del pulgar, el uso prolongado de biberón o chupete, la respiración oral, la deglución atípica y la interposición lingual o labial, problemas en el desarrollo de los maxilares, la pérdida prematura de dientes, traumatismos en la región orofacial, y una discrepancia en el tamaño entre la mandíbula y los dientes.
Consecuencias de las maloclusiones dentales
Las maloclusiones pueden acarrear diversas consecuencias funcionales. Dificultan la masticación eficiente de los alimentos y pueden generar problemas en el habla. La dificultad para mantener una higiene bucal adecuada debido al apiñamiento dental o a la mala alineación incrementa el riesgo de desarrollar caries y enfermedades periodontales. También pueden causar un desgaste anormal de los dientes, dolor en la mandíbula y la cabeza, e incluso posibles dificultades respiratorias.
La alta prevalencia de maloclusiones, que afecta a un porcentaje significativo de niños y adolescentes (por ejemplo, el 75% presenta algún grado de trastorno oclusal), subraya la importancia de comprender los factores que contribuyen a su desarrollo y las estrategias de manejo efectivas. Varios hábitos, especialmente durante la infancia, pueden influir directamente en la aparición de maloclusiones. Por ejemplo, la succión prolongada del pulgar o el uso del chupete pueden llevar a una mordida abierta anterior o a la protrusión de los dientes superiores. La intervención temprana para abordar estos hábitos puede prevenir o mitigar el desarrollo de maloclusiones más severas. Además, las consecuencias de las maloclusiones se extienden más allá de la simple alineación dental, afectando la masticación, el habla, la higiene bucal e incluso contribuyendo potencialmente a trastornos de la articulación temporomandibular, dolores de cabeza y trastornos respiratorios del sueño. Esto resalta la necesidad de una evaluación y un tratamiento integrales que consideren el impacto más amplio de las maloclusiones en la salud y el bienestar general.
La interconexión entre la anquiloglosia y las maloclusiones
La restricción del movimiento lingual que se produce en la anquiloglosia puede alterar la postura y la función normal de la lengua, lo que a su vez puede influir en el desarrollo de las maloclusiones. Una lengua con movilidad limitada puede ejercer una presión atípica sobre los incisivos inferiores, provocando su inclinación hacia el vestíbulo oral. La falta de contacto de la lengua con el paladar puede resultar en la formación de un paladar ojival o excesivamente estrecho, así como en oclusión cruzada posterior y mordida abierta anterior. Se ha sugerido que la postura lingual puede ejercer una presión hacia adelante y hacia abajo sobre la mandíbula, lo que podría tener consecuencias en el desarrollo facial, incluyendo la posible aparición de mordida y protrusión mandibular.
Diversos estudios han aportado evidencia sobre la correlación entre la anquiloglosia y la presencia de ciertas maloclusiones, como la mordida abierta anterior y la Clase III, así como el apiñamiento dental y un crecimiento maxilar reducido. Una investigación específica encontró una relación significativa entre la anquiloglosia severa y la mordida abierta, así como con la necesidad de tratamiento ortodóncico. Otro estudio indicó que los niños con anquiloglosia no tratada tienden a presentar arcos dentales más estrechos.
La lengua desempeña un papel fundamental en el desarrollo de los maxilares, actuando como un expansor natural de la cavidad bucal. La restricción del movimiento lingual puede obstaculizar este desarrollo adecuado, lo que a su vez puede conducir a la aparición de maloclusiones. Es crucial el equilibrio que existe entre la presión que ejerce la lengua hacia afuera y la fuerza constrictora de la musculatura bucal para el mantenimiento del ancho adecuado de las arcadas dentales.
La limitación en la movilidad de la lengua que se observa en la anquiloglosia interrumpe las fuerzas normales que la lengua ejerce sobre los arcos dentales y la mandíbula en desarrollo, lo que conlleva a la aparición de diversos tipos de maloclusiones. El papel de la lengua en la formación de la cavidad oral durante el crecimiento es significativo, y cualquier restricción puede tener efectos en cascada sobre la alineación dental. La asociación entre la anquiloglosia y maloclusiones específicas, como la mordida abierta anterior y la Clase III, sugiere que el diagnóstico e intervención tempranos de la anquiloglosia podrían potencialmente reducir la incidencia o severidad de estas maloclusiones. Esto resalta la importancia de considerar la anquiloglosia como un factor contribuyente en pacientes que presentan estos tipos de maloclusiones. Además, la respiración bucal, que puede ser más común en niños con anquiloglosia, también puede dificultar el desarrollo de la mandíbula. Esto sugiere una posible vía indirecta a través de la cual la anquiloglosia puede influir en la maloclusión al promover la respiración oral debido a la respiración nasal restringida causada por la posición baja de la lengua.
Rehabilitación Masticatoria Respiratoria (RMR)
La Rehabilitación Masticatoria Respiratoria (RMR) se presenta como un tratamiento fundamentado en la odontología biológica, cuyo objetivo principal es evaluar y corregir los problemas relacionados con la masticación y la respiración, dos funciones esenciales para la salud tanto a nivel oral como general. La RMR busca activamente la restauración de estas dos funciones vitales para el bienestar.
Los principios que rigen una función masticatoria óptima incluyen una masticación bilateral y enérgica, lo cual contribuye a prevenir el cierre de las fosas nasales y a combatir la instauración de la respiración oral. Una masticación adecuada no solo mejora el proceso digestivo y la absorción de nutrientes, sino que también estimula la producción de saliva y favorece una apariencia facial armónica.
En cuanto a la función respiratoria óptima, esta se basa en una respiración nasal adecuada, que permite que el aire inspirado se filtre, humedezca y caliente de manera apropiada, lo que facilita una mejor oxigenación del organismo y previene futuros problemas en el desarrollo facial y dental. La RMR desempeña un papel crucial al ayudar a corregir la respiración oral y al fomentar una respiración nasal y bilateral apropiada.
Objetivos principales de la RMR
Los objetivos primordiales de la RMR abarcan la mejora de la respiración, la optimización de la masticación, la prevención de problemas dentales y respiratorios, la mejora de la estética facial y la optimización de la digestión. Adicionalmente, la RMR busca fortalecer la masticación, corregir la deglución y la postura, mejorar la oclusión dental, equilibrar el cuerpo y reeducar los músculos faciales y orales para optimizar tanto la respiración como la fonética.
La RMR enfatiza la intrínseca conexión entre las funciones orales (masticación, respiración, deglución) y su impacto en la salud general, incluyendo el desarrollo dental y facial. Este enfoque holístico reconoce que abordar las disfunciones en un área puede influir positivamente en otras funciones y estructuras relacionadas. Patrones de masticación incorrectos, como la masticación unilateral, pueden afectar la alineación de los dientes y el desarrollo facial, mientras que la respiración oral puede conducir a diversos problemas de salud, incluyendo un crecimiento facial alterado y un mayor riesgo de problemas respiratorios. La RMR tiene como objetivo corregir estos patrones disfuncionales para prevenir o mitigar sus consecuencias negativas. Al centrarse en la restauración de las funciones masticatorias y respiratorias adecuadas, la RMR puede contribuir a la prevención y el tratamiento de diversos problemas, incluyendo las maloclusiones dentales, los trastornos del sueño e incluso los problemas posturales. Esto resalta el potencial de la RMR como una herramienta valiosa en un enfoque integral para la salud bucofacial y el bienestar general.
El rol de la RMR en el manejo de la anquiloglosia y las maloclusiones
La Rehabilitación Masticatoria Respiratoria (RMR) puede desempeñar un papel complementario importante en el tratamiento de la anquiloglosia, especialmente después de una frenotomía, al ayudar a restablecer una función muscular orofacial equilibrada y mejorar la respiración, la masticación, la deglución y el habla. Contribuye a mejorar la movilidad de la lengua y a fortalecer los músculos orofaciales.
La RMR implica la realización de ejercicios para promover la masticación bilateral, el entrenamiento para una respiración nasal adecuada (por ejemplo, mediante el método Buteyko) y, potencialmente, el uso de dispositivos miofuncionales o aparatos ortopédicos para mejorar la postura y la alineación de la mandíbula. En los casos en que la lengua se encuentre en una posición baja o restringida, puede ser necesaria una frenectomía para permitir su correcta colocación en el paladar, lo cual es crucial para la respiración nasal.
Objetivo de la RMR en el tratamiento de la anquiloglosia y las maloclusiones
La RMR tiene como objetivo guiar el crecimiento y desarrollo correctos del maxilar y de los huesos faciales, lo que puede ayudar a prevenir o corregir las malalineaciones dentales. Al corregir la respiración oral y promover una postura lingual adecuada, la RMR puede influir positivamente en el desarrollo facial y dental.
El diagnóstico y tratamiento tempranos de la anquiloglosia son fundamentales para el correcto desarrollo funcional oral de los pacientes pediátricos. La RMR puede resultar muy beneficiosa para los niños, ya que ayuda a mejorar la función de la masticación y la respiración, aspectos esenciales para el desarrollo saludable de la mandíbula, los dientes y el sistema respiratorio. El tratamiento puede iniciarse en niños de entre 3 y 15 años.
La liberación de la anquiloglosia mediante una frenotomía puede no ser suficiente para resolver todos los problemas funcionales, y la RMR desempeña un papel crucial en el reentrenamiento de los músculos orales y en el establecimiento de patrones de respiración y deglución adecuados. La lengua necesita aprender a funcionar correctamente después de haber estado restringida durante un período, y la RMR proporciona los ejercicios y las técnicas necesarias para esta rehabilitación. La integración de la RMR en el plan de tratamiento para la anquiloglosia y las maloclusiones asociadas ofrece un enfoque más integral y potencialmente más eficaz para lograr resultados funcionales y estéticos a largo plazo. Al abordar tanto la limitación estructural (anquiloglosia) como las consecuencias funcionales (maloclusión, problemas respiratorios), la RMR contribuye a un sistema orofacial más estable y saludable. Los beneficios de la RMR se extienden más allá de la cavidad oral, impactando potencialmente la postura, la calidad del sueño y el bienestar general al promover una respiración adecuada y un equilibrio muscular. Esto resalta los beneficios sistémicos de abordar las disfunciones orofaciales a través de la RMR.
Diagnóstico y Plan de Tratamiento Integral de la anquiloglosia y las maloclusiones
Los protocolos de evaluación para la anquiloglosia típicamente incluyen un examen físico, en ocasiones utilizando herramientas de detección para valorar la apariencia y la movilidad de la lengua (por ejemplo, la Herramienta de Evaluación de Hazelbaker para la Función del Frenillo Lingual). Para las maloclusiones, el diagnóstico comprende una exploración clínica y, potencialmente, un análisis radiográfico. La evaluación de la función masticatoria y respiratoria es crucial en el contexto de la RMR.
Es esencial un enfoque multidisciplinario que involucre la colaboración entre dentistas, ortodoncistas, pediatras, logopedas, consultores de lactancia y, en algunos casos, especialistas en otorrinolaringología.
Los planes de tratamiento individualizados pueden incluir la frenotomía (liberación quirúrgica de la anquiloglosia), tratamiento ortodóncico para corregir las maloclusiones y terapia de RMR que incluye ejercicios y, potencialmente, aparatos miofuncionales.
El diagnóstico y tratamiento de la anquiloglosia, especialmente en relación con las dificultades de lactancia, sigue siendo un tema de debate, con enfoques variables entre los profesionales de la salud. Esto pone de manifiesto la necesidad de directrices claras y basadas en la evidencia para estandarizar el manejo de esta condición. El diagnóstico temprano y preciso tanto de la anquiloglosia como de las maloclusiones es crucial para desarrollar estrategias de intervención efectivas y oportunas. La intervención temprana puede aprovechar los procesos de crecimiento y desarrollo en los niños para lograr resultados más favorables. Un plan de tratamiento integral debe abordar no solo los problemas estructurales, sino también las limitaciones funcionales y los mecanismos compensatorios que puedan haberse desarrollado. Esto subraya la importancia de un enfoque holístico que integre terapias quirúrgicas, ortodóncicas y de rehabilitación según sea necesario.
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La evidencia actual indica una asociación significativa entre la anquiloglosia y ciertos tipos de maloclusiones dentales, así como el papel potencial de la RMR en el manejo de estas condiciones. Esto tiene implicaciones clínicas importantes para la práctica dental y pediátrica, enfatizando la necesidad de una evaluación cuidadosa de la función lingual en pacientes con maloclusiones y la consideración de la RMR como parte del plan de tratamiento, especialmente después de una frenotomía.
A pesar de la creciente conciencia de la conexión entre la anquiloglosia, las maloclusiones y el potencial de la RMR, existe una falta de investigación sólida y de alta calidad para guiar de manera definitiva la práctica clínica. Se necesita más investigación para comprender completamente la eficacia a largo plazo de la RMR en la mejora de los resultados para los pacientes con anquiloglosia y maloclusiones, incluyendo estudios prospectivos bien diseñados y ensayos clínicos aleatorizados. Un enfoque multidisciplinario que incluya dentistas, ortodoncistas, pediatras, logopedas y, potencialmente, especialistas en RMR es crucial para brindar una atención integral y eficaz a los pacientes con anquiloglosia y maloclusiones asociadas. La colaboración entre diferentes especialistas asegura que se aborden todos los aspectos de la condición del paciente. Identificar los protocolos específicos y las medidas de resultado que se deben utilizar en futuras investigaciones para evaluar la eficacia de la RMR en el contexto de la anquiloglosia y las maloclusiones será crucial para avanzar en la base de evidencia en esta área.